Muchos creen que el origen del manga se remonta siglos atrás, y cuanto más antiguas se consideran esas raíces, más parece el manga fusionarse con la caricatura tradicional.
Aquí estamos junto a los pergaminos Chōjū-giga. Hay quien defiende que son las primeras creaciones manga del mundo. ¿Es eso cierto? Intentemos descubrirlo juntos.
La colección Chōjū-giga incluye cuatro largos pergaminos, de diferentes artistas de los siglos XII y XIII. En total, miden más de 44 metros. No podemos mostrar los originales porque son tesoros nacionales de Japón, pero aquí tenemos dos copias exactas de dos de esos pergaminos, de más de 10 metros de longitud cada uno.
Estos pergaminos, llamados emaki, existen desde hace más de mil años. Cuentan historias a través de imágenes, a veces con palabras y a veces sin ellas. Su tamaño varía, pero la mayoría miden entre 30 y 39 centímetros de alto y entre 9 y 12 metros de largo.
La gente no colgaba estos pergaminos en las paredes. Los desplegaban sobre una mesa baja y los veían poco a poco. Imagina intentar ver toda una larga tira de viñetas de una sola vez; es imposible. Por eso, los lectores de estos pergaminos los iban desenrrollando lentamente, de una manera muy similar a como van pasando las escenas en una película. Solo puedes ver unos 40 cm del pergamino de una vez y hay que leerlo de derecha a izquierda, exactamente igual que el manga de hoy. El lector tiene que ir enrollando y desenrollando el pergamino. Esto hace que las escenas vayan pasando una tras otra. Es muy parecido cómo las películas muestran un plano tras otro, lo que despierta la admiración de artistas y cineastas.
Las imágenes en los pergaminos muestran de todo, desde enseñanzas budistas hasta relatos históricos o folclore. Estos pergaminos eran muy caros, ya que cada uno de ellos era único y elaborado exclusivamente a mano.
Hace más de cien años, el artista japonés Seiki Hosokibara dijo en su libro “Una historia del manga japonés” que los chōjū-giga podrían ser el origen del manga. Tenían un estilo divertido y distintivo, que contribuyó a crear algunas de las tradiciones visuales de Japón. Este estilo mostraba las cosas de una manera divertida y lúdica, como podremos ver más adelante en la exposición, con elementos como el Hokusai manga y los libros toba-e.