La industria del manga es uno de los principales motores de la prensa escrita en el mercado japonés, y generó más de 5000 millones de dólares en 2022. Más de la mitad de los japoneses de entre 10 y 50 años, de todos los grupos demográficos, leen manga.
El manga a menudo se publica en revistas especializadas dirigidas a grupos de edad o a un género concreto, como es el caso del manga shojo para chicas o el manga shonen para chicos, lo que configura la industria tal como la conocemos.
Cualquiera puede convertirse en mangaka usando un bolígrafo o una tablet. Sin embargo, para hacerlo con éxito se requiere gran destreza para el dibujo y la narración, así como capacidad para seguir el vertiginoso ritmo de producción del manga, único en Japón e impulsado por una competencia feroz y la presión de las opiniones de los lectores.
Las revistas de manga van dirigidas a públicos específicos: shojo para chicas de hasta 18 años, josei /yoséi/ para mujeres mayores de 18, kodomo para niños menores de 10, shonen para chicos (aunque lo leen también las chicas) y seinen para hombres jóvenes. Shonen Jump, una revista líder en el mercado del manga, tiene una circulación semanal de más de un millón de copias, mientras que una revista de shojo popular como Margaret vende alrededor de 12 000 ejemplares.
La importancia de estas categorías radica en seleccionar temas que resuenen a los lectores, ya que éstos luego votan lo que les gusta, influyendo así en qué series continúan o se cancelan. Este ritmo frenético hace que muchas series nuevas terminen en seis meses si no consiguen mantener el interés de sus lectores o si los artistas no pueden seguir el ritmo de producción rquerido.
Las revistas de manga suelen ser extensas y se publican semanalmente, por lo que los artistas trabajan muy duro, normalmente sin poder disfrutar de fines de semana ni días festivos. Muchos artistas de manga contratan ayudantes desde el principio, pero gestionar a estos asistentes de forma eficaz es crucial para la producción.
Los editores también desempeñan un papel fundamental, actuando casi como coautores que guían a los artistas del manga en el desarrollo de la trama con un gran afán competitivo por ver triunfar su manga.
Este sistema, muy accesible a los artistas pero de gran exigencia en cuanto a la carga de trabajo, determina qué manga se crea y qué artistas perduran y tienen éxito en la industria.